Democracia sindical

Cuando surgió la CTA su consigna fundacional fue la democracia sindical que la CGT no garantizaba. Las elecciones transparentes con listas que postulan agrupaciones diversas fueron el ideal que presentaron para la organización de los sindicatos que adhirieron a la Central. Pero en nada cambiaron los vicios con que las camarillas burócratas se agarrapataron a la conducción. Amedrentamiento, patotas, fraude, tribunales de “ética disciplinadora”, las purgas entre socios burócratas, el aislamiento del cuerpo de delegados, el truchaje de encuestas para avalar las sucesivas entregas. La verdadera democracia sindical se encuentra en el ejercicio franco del debate y la votación. En la participación, la movilización, los plenarios de delegados en lucha, las autoconvocatorias, la no proscripción de nadie.